Los funcionarios deben abandonar Caracas, según el ultimátum chavista; la policía de Maduro custodia la residencia donde están los opositores a los que la Cancillería necesita relocalizar.
Minuto a minuto, la canciller Diana Mondino y sus colaboradores cercanos monitorean la situación en las afueras de la residencia del embajador argentino en Caracas. Mientras fuerzas policiales del régimen de Nicolás Maduro se instalaron y continúan en el frente de esa residencia, el encargado de Negocios Andrés Mangiarotti y otros 13 funcionarios y familiares argentinos se preparan para dejar el país mañana por la tarde en un vuelo comercial.
Están obligados a acatar el ultimátum que el gobierno de Maduro les impuso el lunes pasado, junto a diplomáticos de otros países de la región como Uruguay, Paraguay, Chile, Perú y Ecuador, que pidieron al gobierno de Venezuela pruebas concretas de su victoria electoral.
“Se van mañana”, confirmaron a LA NACION fuentes oficiales y diplomáticas, en relación a Mangiarotti y sus colaboradores, que se encuentran en la sede formal de la embajada, que está a poco más de veinte cuadras de la residencia, en la que, desde marzo pasado, se encuentran asilados seis dirigentes opositores, cercanos a la líder de ese conglomerado que se enfrenta a Maduro, María Corina Machado.
Mientras la delegación en Caracas ultima los detalles del retorno al país -aún sin confirmación sobre horario concreto o aerolínea, y con los cielos prácticamente cerrados por orden de Maduro- la diplomacia argentina acelera en Buenos Aires las tratativas para encontrar un país que acepte dar asilo diplomático a los seis asilados, preocupados por la posibilidad de que fuerzas chavistas ingresen en la residencia, que está sin luz desde ayer, también por orden del régimen.
“Fuerzas policiales del régimen rodean la embajada argentina en Venezuela. Un llamado a los vecinos a impedirlo. Alertamos al cuerpo diplomático acreditado en Venezuela”, escribió el vocero de los asilados, Pedro Urruchurtu. “¡Urgente! Funcionarios de seguridad del régimen permanecen a las afueras de la residencia de la embajada argentina en Caracas y la rodean. Buscan tomar esta sede diplomática. Alertamos al cuerpo diplomático acreditado en el país sobre esta grave violación al derecho internacional”, agregó Urruchurtu minutos después, en un mensaje que alertó a Mangiarotti y también al Palacio San Martín, aunque la diplomacia argentina desmintió cualquier intento de toma, y puso paños fríos.
Desde el lunes, Mondino y su vicecanciller, Leopoldo Sahores, encabezan las tratativas con distintos países para derivar a los asilados venezolanos. Descartadas algunas opciones de países vecinos -sólo quedan Brasil, Colombia y Bolivia, en el ámbito sudamericano, el resto tienen intimación de expulsión por haber cuestionado el triunfo de Maduro- la diplomacia bucea entre países de la Unión Europea y Latinoamérica. En relación con el ofrecimiento de Costa Rica, fuentes de la diplomacia argentina afirmaron que la opción de asilo diplomático no es factible, ya que “Costa Rica ya no tiene embajada en Venezuela”, por lo que quedaría la opción del asilo político, es decir, que los asilados lleguen a Costa Rica.
También se baraja la opción de dividir a los asilados en grupos, y que puedan dejar la embajada argentina, separados o en conjunto, antes de la evacuación del personal argentino de ambas sedes diplomáticas. “Estamos trabajando, no se los puede dejar a la intemperie a los asilados”, afirmaron fuentes oficiales al tanto de las negociaciones para salvaguardar la seguridad de los asilados.