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Sin importar la época del año, la deshidratación puede transformarse en un problema grave de salud. Estos son los primeros signos que debes conocer para evitarla.
Durante el verano es más probable sufrir una pérdida significativa de agua corporal. Esto podría acarrear problemas graves de salud, ya que en este medio se disuelven los nutrientes y se realizan un montón de reacciones a nivel fisiológico. Para evitarlo vamos a contarte cuáles son los principales signos de la deshidratación.
Ten en cuenta que la mayor parte del organismo humano está constituido por agua. Es cierto que la concentración del elemento se reduce a medida que envejecemos, por lo que en el caso de los ancianos hay que tener más cuidado aún con las pérdidas de dicho elemento.
Signos de la deshidratación
No se experimenta la sensación de sed hasta que ya se ha perdido un porcentaje significativo de agua corporal. Podríamos decir que en este momento la deshidratación ha comenzado. Por ello, conviene ingerir líquido de forma regular, tanto durante las comidas principales como fuera de ellas.
Además de la sed, cuando se experimenta deshidratación suele cambiar el color de la orina, haciéndose esta mucho más oscura. Este efecto se debe a que la concentración en solutos de la misma aumenta, puesto que los riñones reabsorben una mayor cantidad de agua tratando de evitar que esta se continúe perdiendo. También puede suceder que, cuando la deshidratación avanza, el número de micciones se reduzca.
Por otra parte, la deshidratación suele cursar siempre con cansancio. Se experimenta una reducción de la tensión sanguínea y un incremento de la temperatura corporal, ya que una de las funciones del líquido en el organismo es mantener controlado el calor en el medio interno. En los casos más graves hasta desaparece la capacidad de sudar, siendo este proceso realmente preocupante.
Para terminar, cuando la deshidratación avanza de forma peligrosa, se suelen experimentar dolores de cabeza, mareos e incluso la pérdida del conocimiento. A partir de aquí se entra en un estado de shock que puede conducir a la muerte a no ser que se le ponga solución de forma inmediata.
¿Cómo evitar la deshidratación?
A la hora de evitar la deshidratación es fundamental asegurar el consumo regular de agua mineral. Este es el elemento más adecuado con el que contamos para conseguir un óptimo balance hídrico dentro del organismo. Además se suele aconsejar que esta se encuentre algo fresca, para así incrementar la velocidad de vaciado gástrico.
No obstante, y de acuerdo con un estudio publicado en la revista European Journal of Nutrition, el líquido ingerido tampoco debería de estar demasiado frío, ya que en este caso se puede experimentar una reducción de la motilidad gástrica que retrase el proceso de hidratación.
Por otra parte, hay que evitar a toda cosa el consumo de alcohol. Sobre todo en verano. Esta sustancia resulta tóxica independientemente de la dosis consumida. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista Methods in Molecular Biology. Además cuenta con la capacidad de generar un efecto diurético, estimulando la pérdida de líquido por medio de la orina.
Tampoco resultan adecuados los refrescos azucarados. Dichos productos cuentan con gran cantidad de azúcares simples en su interior, que impactan de forma negativa sobre la salud pancreática y hepática. Los carbohidratos de alto índice glucémico, cuando se administran en forma líquida, generan un incremento mucho más significativo de la glucosa en plasma, lo que se considera contraproducente para la salud a medio plazo.
Es fundamental evitar los estados de deshidratación
Beber agua de forma regular es clave en cualquier época del año, pero mucho más durante el periodo estival, donde las pérdidas de líquido por medio del sudor se incrementan. En este momento las temperaturas son superiores, y con ello las demandas de agua por parte del organismo.
Si no se satisfacen los requerimientos pueden experimentarse episodios de deshidratación que pongan en riesgo la vida, sobre todo si no se tratan a tiempo. Hay que tener especial cuidado en el caso de las personas ancianas, ya que cuentan con un porcentaje de agua en el organismo significativamente menor que los adultos jóvenes.
Por último, ten en cuenta que ni las bebidas alcohólicas ni los refrescos son capaces de ayudar a garantizar un buen estado de hidratación. Tampoco los zumos son los productos más recomendados, ya que cuentan con gran cantidad de fructosa pero carecen de la fibra de la fruta.
